Queridos amigos,
La vida está llena de retos y aprendizajes, pero también de milagros. Con 18 años, superé un tumor que me enseñó a valorar cada día. Más tarde, a pesar de un diagnóstico de infertilidad, Pilar y yo confiamos y tuvimos fe, ¡y hoy somos padres de cuatro hijas maravillosas!
De todo esto aprendí que la felicidad no está en esperar la perfección, sino en encontrar sentido en cada momento y valorar a quienes queremos.
Gracias por acompañarme en este viaje. Sigamos inspirándonos para vivir con alegría y cuidar lo que de verdad importa.
Con cariño,
Casto
Respetamos su privacidad. Darse de baja en cualquier momento.